martes, 18 de mayo de 2010

A la musa encadenada




Mi musa de aterciopeladas tinieblas
Arrastrando pesados grilletes
Tus ojos están opacos y en ellos veo sombras abismales
En tu rostro veo dibujados el horror, la locura y la desesperanza.

Que te has hecho?
Vendiendo tu alma por 30 monedas
Cambiando el real esplendor por el brillo fatuo y fuegos artificiales…

Sé que no eres feliz
Pues, en tu corazón aún palpita esa chispa
Que se resiste a extinguirse ante el frio viento del abismo.

Te soñé…
Contando cuervos mientras atardecía
Uno por el amor
Dos por el olvido
Tres por la alegría
Cuatro por la tristeza
Cinco por las promesas rotas
Seis por ese “adiós” que nunca existió
Y siete… por ese secreto que nunca revelarás.

Bajo el cielo que se tiñe de sangre te vi
Esparciendo sombras
Desparramando tu belleza fatal, al igual que tu desdicha.
Oh, musa. Mi musa, cuanto anhela mi alma
Que te liberes de la maldición que arrastras.

Que el cielo te devuelva la transparente mirada
Y el andar despreocupado…
Que la inocencia brille en ti
Y las flores vuelvan a adornar tu jardín

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